El virus COVID-19 puede transmitirse desde una persona infectada por medio de pequeñas partículas al toser, estornudar, hablar o cantar. Estas partículas pueden ser de diferentes tamaños e ir desde unas gotitas a los aerosoles más grandes. Los aerosoles pueden permanecer en el aire por más tiempo, sobre todo en los espacios interiores mal ventilados.

Una buena ventilación es un factor indispensable para reducir la propagación del COVID en un local comercial, un gimnasio o cualquier entorno de trabajo. Garantizar dicha ventilación en aquellos lugares en los que haya muchas personas juntas durante un periodo prolongado de tiempo reducirá el riesgo de transmisión del virus.

La importancia de la ventilación de los espacios cerrados

Si la estrategia de ventilación cumple con los estándares establecidos por las autoridades sanitarias, es posible que no se necesite mucho más para prevenir los contagios. Pero de no ser así, habrá que implementar otras medidas para que los niveles de riesgo no se multipliquen.

Sin ir más lejos, en un espacio cerrado hay que ir mucho más allá de las recomendaciones básicas para evitar la propagación del virus. Las personas que se hallan en estos lugares no solo deben usar mascarillas, el lavado frecuente de manos y aplicar el distanciamiento social. También deben tener en cuenta que el espacio en el que se hallan esté bien ventilado.

El aumento de la ocupación en un espacio cerrado incrementa las posibilidades de transmisión aérea del virus. En estos casos, hay que garantizar siempre una adecuada ventilación y renovación del aire. De lo contrario, el virus permanecería en el aire y se propagaría entre las personas.

La renovación del aire en los espacios mal ventilados

Puede ocurrir el caso de que las personas se concentren en un espacio en el que los sistemas de ventilación no sean los más adecuados. Al no renovarse el aire, los riesgos de contagio se multiplican. Aquí lo que se debe hacer es implantar una solución externa que permita limpiar el aire.

Para ello, nada mejor que los Purificadores Mitsubishi. Estos dispositivos portátiles están específicamente diseñados para su uso residencial y comercial y se encargan de limpiar y purificar el aire del interior de un espacio mal ventilado. De esta forma, se garantiza la circulación del aire en todo momento.

Los purificadores de Mitsubishi Electric están equipados con filtros HEPA de alta eficiencia. Estos filtros son capaces de filtrar y capturar un 99% de las partículas nocivas que flotan por el aire, entre ellas las que portan el virus del COVID. El purificador recoge el aire, lo pasa por el filtro HEPA y lo devuelve al exterior completamente limpio y filtrado de elementos patógenos.

Es muy importante, pues, que estos purificadores del aire contengan filtros HEPA, ya que, de lo contrario, no dispondrán de la máxima eficiencia para eliminar todas las sustancias nocivas del aire. Los purificadores de Mitsubishi están homologados y certificados por las autoridades sanitarias para un uso efectivo.

¿Qué efecto tiene el área de trabajo en la propagación del COVID-19?

El tamaño del espacio ocupado es un factor importante con respecto a la propagación del coronavirus. En un espacio grande con poca ocupación, la concentración del virus tardará mucho en acumularse, incluso si estamos hablando de un espacio con una tasa de ventilación baja. Las exposiciones de corta duración pueden ser de bajo riesgo, pero una mayor ocupación afectará a la acumulación del virus.

Es por eso que cada escenario debe ser considerado de forma única para así determinar el nivel de ventilación necesario. La ventilación debe ser, por tanto, una parte fundamental de la estrategia de gestión para reducir los riesgos de infección del COVID-19. Una mala ventilación puede aumentar los riesgos de transmisión de aerosoles más allá de dos metros y la acumulación de estos en un espacio cerrado.

La transmisión de aerosoles se rige por la tasa de emisión viral, la duración, las condiciones ambientales, el número de ocupantes y el nivel de ventilación. Un área mal ventilada es aquella que tiene un movimiento del aire por debajo de los 5 litros por segundo o persona. Por tanto, en espacios cerrados hay que cuidar mucho el nivel de ventilación.

No en vano, cada espacio o entorno de trabajo es diferente. Determinar si un lugar está mal ventilado o no, no es sencillo. La solución podría estar si se realiza una medición de los niveles de dióxido de carbono. Si estos niveles son elevados, estamos ante un escenario mal ventilado.

En este tipo de situaciones, lo más recomendable sería contar con un purificador de aire con filtro HEPA. Un dispositivo capaz de eliminar las partículas nocivas del aire y renovarlo para que esté limpio y saludable. Ahora con el regreso gradual de las personas a los espacios cerrados, el uso de estos equipos se antoja más que imprescindible.